Los que trabajamos en las Relaciones Públicas, como parte de nuestras actividades en el universo de la comunicación, deberemos cambiar lo antes posible nuestras estrategias antes de quedar extintos o desplazados por generaciones más jóvenes.
Desde hace una década, los medios de comunicación han ampliado su red de negocios ante la precariedad en las ventas de sus productos en el aparador o en el puesto de periódico.
Sus inversores o dueños han apostado por diversificarse y realizar RPs de manera más metódica, creando sus propios círculos comunicacionales, sus propios congresos, alianzas, etc.
Esto no es nuevo, lo sé, deseamos abonar al pensamiento de la importancia de estar a la vanguardia o claudicar. Hoy la información está casi al alcance de todos y ello incluye que los medios de comunicación han de modificar sus estrategias para poder mantenerse vivos.
La relación ejecutivo de cuenta-medios de comunicación se ha vuelto cada vez más complicada y esto ejerce presión para que nos actualicemos como comunicadores y relacionistas.
Las Redes Sociales, las nuevas protogonistas
En Internet podemos hallar muchos artículos referentes al tema. No deseo abundar con reiteraciones, sólo mencionemos los vehículos más populares: las redes sociales, blogs y otros soportes digitales, que deben ser parte del dominio cotidiano de un ejecutivo que desee mantenerse en la competencia.
Asimismo, las relaciones se amplían de lo tradicional enfocado a asociaciones, enlaces, patrocinios o alianzas, a nuevos actores que, aunque no son una panacea, son parte del pastel, los llamados «influencers».
Es decir, el trabajo se ha duplicado, la actualización debe de ser constante y la capacidad de resistir el fracaso deberá ser mayor. Muchos se han lanzado a hacer Relaciones Públicas con el fin de ahorrar costos en sus proyectos personales con justa razón, pero eso afecta el trabajo de las agencias de pequeña envergadura.
Las grandes agencias de RPs seguirán llevándose el pastel por diversos motivos, pero las pequeñas podemos mejorar nuestros procesos, afianzar nuestras relaciones y al final, mantenernos a la vanguardia en el uso de la tecnología, para no morir.
Así, puedo concluir esta verborrea con las siguientes ideas: actualización constante, ampliación de las relaciones, aprovechamiento de datos (minería de datos a la escala de nuestras posibilidades y necesidades) y una suprema tolerancia a la frustración.
